sábado, 27 de septiembre de 2014

Califica Esta Portada - LANDSKAP, I (Iron Bonehead, 2014)

Lo importante es que ya no tenemos que esperar mas para que le devuelvan la facultad de la vergüenza a Dave Mustaine. Con eso de que Megadeth no solo se ha convertido en un grupo pop de ultra derecha sino que también al pobre Vic lo desaparecieron del mapa por lucir demasiado liberal ya no quedan esperanzas, ni ganas de volver a verlo.


Ni tendremos que rezar para que Derek Riggs le de el respeto a Eddie que se merece por medio de cualquier otro programa de diseño que no sea Photoshop. Disque Riggs lo quiso convertir en una caricatura tridimensional pero corre el rumor de que es mas flojera y ajuste a los nuevos presupuestos que otra cosa. Además, solo los que de verdad creen que los septuagenarios tienen suficiente lechada para hacer heavy metal se tragan eso de que cualquiera de estos años Maiden produce un album que los regrese a su forma y que por ende, se merezca una portada hecha a mano y con Eddie incluido.

A Chaly de Overkill nunca se le tomo en serio. Con eso de que era un eunuco total y de que pertenecía a un grupo thrash de media caña, yo lo pondría al nivel del Not Man de Anthrax, aquella cachetona mezcla entre Super Mario y Mr Potato Head que bien revelo a sus progenitores por lo que de verdad eran; un puto chiste sin gracia.

Pero no se preocupen espadachines del metal, conservadores de las tradiciones, llorones de la añoranza, al parecer el arte de la caricatura metalera no ha muerto del todo. Sino, diganselo a este quinteto ingles de doom, quienes con su primera placa a través del sello germano Iron Bonehead nos otorgan su versión de lo que es una caricatura metalera para el nuevo milenio; que entre pues, Lechuga Man, la primera caricatura metalera que es politicamente correcta.

No importa cual sea su opinión, el punto aquí es que por primera vez en el metal el reino vegetal esta bien representado. Y ya era hora. Mientras en los 70's y 80's nos tuvimos que conformar con inverosímiles monstruos post apocalípticos, cabezas abigotadas y mutantes óseos y alados, ahora nos llega Lechuga Man, nombre simplifcado para este realistico personaje de nuestro tiempo, que además bien balancea su composición con un 65% lechuga, 15% rúcula, 12% yuyo y 8% huevada.

Queda aun por ver como es que Landskap se las arreglara para crearle un cuerpo a tan amenazador engendro, pero eso no importa. Lo que vale aquí es que con este debut, los británicos han revivido el arte de la mascota metalera, y vaya de que modo! 

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Poster: LA MUJER SIN CABEZA

Aun recuerdo ver La Ciénaga hace unos años y quedarme pasmado por su ritmo y atmósfera. Todo parecía tan inútil en esa película, todos los caracteres tan despreciables. Y mientras transcurrían los minutos yo sentía que poco tenia sentido, no en la película sino en mi vida.

Fútil era la onda y fútiles eran las acciones de los personajes. Fútil era yo al ver la película y al quedarme mirando el techo una vez que culmino. Esa película me hizo sentir vacío, sin punto.  De haber tenido una pistola bajo el colchón hubiera pensado en cogerla. No hubiera pensado en matarme, solo en cogerla. Y hubiera pensado en como seria volarme los sesos y como se sentiría ese nanosegundo que tomaría esfumar mi vida. Seria quizás tan largo como para provocar dolor o arrepentimiento...

Mas tiempo del debido después llego La Mujer Sin Cabeza de la misma Lucrecia Martel y la mire con desesperación. Enamorado del poster e hipnotizado por una larga escena en el que el carácter principal maneja en la tarde y en la noche y arrolla algo, quizás un humano, creo haberme perdido el punto de este film desde el comienzo.

Pasado el tiempo confieso no haber disfrutado La Mujer Sin Cabeza a fondo. Ni haber sentido la misma molestia provocada por La Ciénaga. Sin embargo cada vez que pienso en el arte de los posters de películas y en el poco esfuerzo que los films de hoy parecen ponerle, siempre mi cerebro regresa aquí, a esa bola de pelos ensortijados, a este perfil oscuro y al fondo rojo. Es perfecto. Mejor que la película.

domingo, 14 de septiembre de 2014

SALEM'S POT - Lurar Ut Dig Pa Prarien -


Yo estaba muy escéptico, porque quien no? Con semejante portada uno piensa que todo es una escuza para invitar a la gente al ruido y para decepcionar rotundamente. Porque lo cierto es, los metaleros que entendemos de arte, del arte de la portada sobre todo, sabemos que no solo refleja el tipo de bulla que yace adentro sino también el nivel de calidad que esta en las curvas, curvas que precisamente están demasiado bien pintadas en semejante portada.

Ya se que esto es cosa de adultos y no me lo tenían que imprimir en la portada, y mucho menos tenían que imprimir la foto de la banda, cosa que a mi me suele gustar pero que aquí me tuvo fantaseando en lo cabrones que son estos cuatro. No se mucho de la movida actual pero estos cuatro pendejos se muestran como una mala suerte de chicos góticos; risitas allá, pómulos inflamados y chapas de serrano, ojos ofuscados por una mascara gótica me importa un carajo si esto es una broma, yo aun prefiero a los tradicionales, bigotes mal cuidados, panzas de cerveceros, vaqueros deshilachados que muestran su cotidaneidad común.

Pero no aquí, blanca sexy nos invita su concha y sin siquiera mostrárnosla. Su vestido de hilachas negras le cubre el tesoro y nosotros queremos osar abrirle las piernas entre candilejas y zambullirnos como Jacques Custeau en el mar exótico desconocido. El olor a pescado es seguro y el sabor a cielo también. 

Enfoquemosnos en la parte inferior derecha; circulo en el cual dos suculentas mujeres desnudas se tocan donde se deben; el brazo derecho de la de la izquierda provoca ríos en el clítoris del de la izquierda, mientras que la de la izquierda adquiere posición de macho acurrucandola con un abrazo y centrando el rostro de su presa con un delicado toque de mejilla que es seguramente proseguida por uno de esos lenguazos que te mojan hasta el esqueleto.

Lo de Salem's Pot es demasiado obvio y aun cuando lo quise odiar por esa misma razón me termino gustando. Las chicas eran obvias, su belleza un llamado tan animal que parecía desesperado, pero quien evade esas curvas y esos tonos, quien pide y da y no se da cuenta que el gusto esta en todo este colchón desesperado.