miércoles, 24 de septiembre de 2014

Poster: LA MUJER SIN CABEZA

Aun recuerdo ver La Ciénaga hace unos años y quedarme pasmado por su ritmo y atmósfera. Todo parecía tan inútil en esa película, todos los caracteres tan despreciables. Y mientras transcurrían los minutos yo sentía que poco tenia sentido, no en la película sino en mi vida.

Fútil era la onda y fútiles eran las acciones de los personajes. Fútil era yo al ver la película y al quedarme mirando el techo una vez que culmino. Esa película me hizo sentir vacío, sin punto.  De haber tenido una pistola bajo el colchón hubiera pensado en cogerla. No hubiera pensado en matarme, solo en cogerla. Y hubiera pensado en como seria volarme los sesos y como se sentiría ese nanosegundo que tomaría esfumar mi vida. Seria quizás tan largo como para provocar dolor o arrepentimiento...

Mas tiempo del debido después llego La Mujer Sin Cabeza de la misma Lucrecia Martel y la mire con desesperación. Enamorado del poster e hipnotizado por una larga escena en el que el carácter principal maneja en la tarde y en la noche y arrolla algo, quizás un humano, creo haberme perdido el punto de este film desde el comienzo.

Pasado el tiempo confieso no haber disfrutado La Mujer Sin Cabeza a fondo. Ni haber sentido la misma molestia provocada por La Ciénaga. Sin embargo cada vez que pienso en el arte de los posters de películas y en el poco esfuerzo que los films de hoy parecen ponerle, siempre mi cerebro regresa aquí, a esa bola de pelos ensortijados, a este perfil oscuro y al fondo rojo. Es perfecto. Mejor que la película.

No hay comentarios: