Tengo que decirlo, los dos yuntas detrás de Satanic Bloodspraying se llevan la torta de fresa al haber escogido los mejores nombres de guerra en la historia del metal satánico; uno se apoda The Animal Pervertor, lo cual me imagino significa que entre ensayos a las pezuñas del Cristo de la Concordia, este pervertidor la pasa muy bien enlazándose en noches fogosas con llamas y vicuñas. El otro, y no se sabe quien toca que instrumento, es un poco mas refinado, o afrancesado diría yo, al machacar música satánica bajo el apodo de The Connoisieur of Death. Así es, 'connoisieur'! Esta es quizás la primera y la ultima vez que un músico satánico se auto-denomina 'connoisieur' de algo. Y luego dicen que los músicos de black metal no tienen sentido del humor.
Similar cuidado parece haber sido prestado al elaborar su música. Esta es simple y directa pero efectiva como un cuchillo filudo al cuello o un estacazo en el corazón. Sorprende una cosa; el sonido semi-pulido. Al provenir de Bolivia uno esperaba algo mas mierdoso, algo de acuerdo a los buenos estándares latino americanos, pero At the Mercy of Satan ha sido definitivamente procesado, purificado y limpiado. Felizmente, el resultado es aun brutal, con un énfasis en las notas altas, con amor al detalle en los platillos y con claridad instrumental.
Oído a la música; al parecer la batería es programada, pero si ese es el caso, este dúo boliviano merece una nominación de la academia por haber logrado un sonido bastante orgánico, un machaqueo que no es tan mecánico como para que este metal suene casi industrial. La velocidad de At the Mercy of Satan es una: rápida. Y los riffs salen disparados de los parlantes como si estuvieran desesperados. La ejecución es suelta, casi como un punk frenético. Las voces están en su punto; gritos agresivos, pero ni muy machos, ni muy fantasmagoricos. Para bien o para mal, este disco me suena tan bien hechecito que me están entrando las dudas de que haya sido creado en Bolivia.