Esta vez solo me ocupo de la primera mitad de este album compartido. Y es que la segunda pertenece a una banda llamada Enbilulugugal, un nombre no solamente impronunciable sino también inescribible y por demás estupido. Asi que a la mierda con ellos. Blood Cult se autodenominan ‘rednecks’, y como buenos hijos del incesto, de la granja, del manoseo a las ovejas y a las vacas, están orgullosos de ello. A su música le llaman ‘redneck black metal’, pero si no te dicen ni te enteras. Si te das cuenta que este trio de Michigan ha encontrado una formula algo peculiar. Eso es obvio.
Blood Cult es de esas bandas que tiene que comer harta mierda servida por las criticas. Algunos los tachan de ser un chiste, una puta broma que jode al satanismo y viola esas reglas no escritas sobre lo que es ser verdadero y lo que es ser posero. Cuales quiera que sean los ideales de Blood Cult importa poco. Su música habla por si sola, y si es buena o no es cuestión de debate. A mi me entretienen mas que un capitulo del Chavo del Ocho.
Como debe de ser, la grabación es de la verga. La guitarra tiene un fuzz super eléctrico y las voces parecen escupir blasfemias y burbujas de flema a la vez. Otras veces, las voces suenan a Noruega circa 1989. Perfecto. Yo le entro a esa nota. La cuota original y el toque ‘redneck’ esta en la música, la cual oscila entre el black metal escandinavo de hace dos décadas e incorpora bizarras excursiones en la sicodelia (esas guitarras wah-wah en “Kill Kill Kill”), una escalofriante, comica y entretenida mezcla de polka y noise (“The Infernal Names-Pieces of the Cross”) y lo que suena casi a música de circo (“Goat Riders in the Sky”). Sea como sea, la calidad de su música puede ser disputada. Lo que si no se puede pelear es las bolas tamaño sandia que requiere escribir música como esta.
((Split))
Blood Cult es de esas bandas que tiene que comer harta mierda servida por las criticas. Algunos los tachan de ser un chiste, una puta broma que jode al satanismo y viola esas reglas no escritas sobre lo que es ser verdadero y lo que es ser posero. Cuales quiera que sean los ideales de Blood Cult importa poco. Su música habla por si sola, y si es buena o no es cuestión de debate. A mi me entretienen mas que un capitulo del Chavo del Ocho.
Como debe de ser, la grabación es de la verga. La guitarra tiene un fuzz super eléctrico y las voces parecen escupir blasfemias y burbujas de flema a la vez. Otras veces, las voces suenan a Noruega circa 1989. Perfecto. Yo le entro a esa nota. La cuota original y el toque ‘redneck’ esta en la música, la cual oscila entre el black metal escandinavo de hace dos décadas e incorpora bizarras excursiones en la sicodelia (esas guitarras wah-wah en “Kill Kill Kill”), una escalofriante, comica y entretenida mezcla de polka y noise (“The Infernal Names-Pieces of the Cross”) y lo que suena casi a música de circo (“Goat Riders in the Sky”). Sea como sea, la calidad de su música puede ser disputada. Lo que si no se puede pelear es las bolas tamaño sandia que requiere escribir música como esta.
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