Hasta hace dos años las tiendas pagaban entre $1 y $3 por discos usados, pero con este decline en la demanda por el formato, ahora no pagan mas de $1. Dependiendo del disco el pago puede bajar hasta la misera suma de $0.40 por disco compacto, lo cual significa que en muchos casos la gasolina gastada en la manejada ni siquiera se justifica. Esto claro, no ha significado que las tiendas hayan bajado sus precios. La mayoria continuan vendiendo discos usados por precios que empiezan en $5.99 y que dependiendo de la rareza o de la demanda del disco pueden subir hasta $16 o $17. Invariablemente, los precios de los discos nuevos continuan por los cielos, minimo $10.99 y por lo general alrededor de $12.99. Osea, un abuso, un robo, un asalto a mano armada, una cachada, un ultrajo al bolsillo.
Mientras urgaba la seccion de la letra G la tipa que trabaja en la tienda se acerco para decirme que ya habia terminado de tazar mis discos y que me podian pagar $8 por 15 discos o que si preferia credito de la tienda me ofrecian $8.44. Una parte de mi penso en meterle una soberana patada en la cara, pero pensando en que, uno; era mujer y dos; ya tenia en mis manos discos que queria comprar, preferi sonreirle y decirle que estaba bien, que espere mientras seguia rebuscando.
Luego de 45 minutos de apurada busqueda y de revisar la seccion completa de discos compactos y de vinilos, decidi comprar lo siguiente: el acido y seco debut del '93 de Graveyard Rodeo Sowing Discord in the Haunts of Man, Deathraider de Swordmaster (lo mejor de este disco es la portada - la musica vale verga), el excelente Cadaverous Presence de Cardiac Arrest, la version CD del demo del '95 de la banda local Infernal (banda que incluia a Nasty Ronnie de Nasty Savage en las voces) y el excelente disco Spiritual Decay de la banda local Lethal Prayer. De la seccion de vinilos sali premiado, encontre una copia en condicion decente del The Legacy de Testament vendiendose por $17.99, y una copia pristina del At the Edge of Damnation de los britanicos Deathwish por $11.99. Nada mal para una tarde de domingo.
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