Sodomic, el hombre orquesta detrás de Power From Hell, sabe exactamente lo que le gusta y como quiere sonar. Y lo que le gusta es Bathory y como quiere sonar también es Bathory.
Es una formula rematada que tomara cien años en pasar de moda y sobre la cual Sodomic conoce los clichés al derecho y al reves. Aquí es todo Satán, la mera malicia, una que otra metidita de pinga, blasfemias subiditas de tono, una masacre a la lengua de Shakespeare y por supuesto, el tema cover obligatorio. Si su fijación por las mujeres encueradas aun no se manifestaba en el arte de portada es porque nadie tiene groupies antes de la primera grabación.
Sin mucho preámbulo el metal verdadero de Power from Hell abre con “Astaroth (Invocation)”, algo así como un guitarreo acústico acompañado por soplos en un micrófono y una voz cavernosa y retorcida. No se que invocación u oración da forma a este llamado a la bestia y poco importa, porque una vez que el riff de “Power From Hell” se desenrolla aquí no quedan las dudas; como si Motorhead estuvieran poseídos y sin dinero para pagar un estudio de grabaciones o como si Quorthon se hubiera mudado a la tierra de la samba y hubiera contraído la carraspera.
Digase lo que se diga, Sodomic es una maquina de hacer riffs; descuadrados, fallidos e imprecisos, son todo lo que el trash y el rock sucio necesitan. Su trabajo no tiene pierde e incluye la fulminancia de un Fast Eddie Clarke en plena volada de coca. Los arreglos de “Nucleos of the Evil” en particular, solo traen a la mente una banda cuyo nombre comienza con M mayúscula, termina con D mayúscula y tiene una diéresis mayúscula sobre la segunda O.
Los temas siguientes mantienen una marcha desahuevante que es soportada por el batero Evil Destructor. La voz de Sodomic es ochentera, cruda pero filtrada por algún efecto que la proyecta en un eco mas allá de lo terrenal y hacia planos del metal verdaderamente verdadero y verídico.
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