jueves, 31 de octubre de 2013

IN SOLITUDE – Un Clásico Para Todos Los Tiempos

Para entender bien de que va el tercer larga duración de los suecos In Solitude uno simplemente tiene que saltarse el disco entero y concentrarse en el cover que estos grabaron de su banda paisana Cortex. El tema se titula “Jesus I Betong” y es una copia bastante fiel del pegajoso original; ritmo atípico de dos golpes de bombo por uno de tarola, notas altisonantes cual ambulancia guitarrera que son rodeadas de un bajo colgante y voces algo urgentes. El coro es oscuro y mórbido pero en típico modo sueco se te clava en la cabeza y si te gusta el post punk, lo mas probable es que te tenga rebuscando el catalogo de esta oscura banda ochentera. El problema es que “Jesus I Betong” es el B Side del sencillo “Lavender” y por lo menos en mi copia de Sister no esta incluido. 

Lo de los covers es algo común entre bandas metaleras y gran parte de estos podrían ser simplemente clasificados en dos tachos; los remedantes covers de bandas del mismo estilo que no te dicen nada y los covers de bandas de otro estilo que pretenden rendir tributo a los originales e informar a la audiencia que los nuevos ejecutores son tan poseros y abiertos de mente como cualquiera. Quizás esto ultimo sea el propósito de este cover de Cortex, los In Solitude del 2013 ciertamente han expandido su sonido en ciertas direcciones, pero ninguna de estas parece estar informada por alguna vertiente metalera. 

Sister es uno de los álbumes mas esperados del año y las reacciones iniciales del publico hacia los audios que Metal Blade ‘likio’ en Julio y Agosto fueron mezcladas. Primero vino “Sister”, tema titulo que es de lo mas tradicional en términos metaleros y que se acerca bastante al sonido curtido en The World, The Flesh, The Devil pero que carece del gancho de “Serpents Are Rising”, tema que puso a la banda en boca de todos en el 2011. Los coros son aquí mínimos y la composición es bastante lineal. Los arreglos de guitarras son dentados pero sin muchos altibajos ni momentos de efervescencia. Mi reacción inicial fue tibia pero mi gusto por el creció mientras mas lo escuchaba. Hoy es uno de mis temas favoritos, aunque los demás temas del disco le hacen competencia.

Otros temas subsecuentemente ‘likiados’ revelaron para algunos un sonido mas emparentado con el post punk u otras vertientes dark mas que con el heavy metal clásico. Esto causo el rechazo de algunos ‘diehards’, la fascinación de otros que nombraban a bandas tan dispares como The Cure o Dead Moon como referencia y un curioso escepticismo de otros que, como yo, eran hinchas de la banda pero tuvieron dudas al enterarse de este nuevo sonido.

Despues de haber escuchado Sister en su totalidad unas cuantas veces yo no iría tan lejos. Sister es un disco de heavy metal sin lugar a dudas, pero es muy probable que las influencias que estos suecos han absorbido desde el 2011 provengan de otros pastos. Aquí yo no escucho The Cure, ni Dead Moon, aunque si me parece que los In Solitude del 2013 capturan las mismas vibras oscuras y lluviosas del buen rock ingles de los 80’s. 

Sister comienza con el evocativo “He Comes’, de guitarras acústicas, voces y una tecla de piano. El corte es tenue pero de buen augurio. La atmósfera es pesada y las líricas no menos, ‘like flowers in the tracks of loss, he comes, he comes, like treading water, he comes/like ailment in the veins of love, he comes, he comes, like the death of a child, he comes’, mórbido si y tan propio de una banda fuerte como de algo temprano de The Cure o Fields of the Nephilim.

La cosa se pone dura con “Death Knows Where”, un excelente corte que toma viada con guitarras cancheras y arreglos de cuerdas que se la podrían deber a algunos daneses. El galope es fuerte y las estrofas suben y bajan. La voz de Pelle Ahman surge por encima de todo. El tío canta limpio y viril, natural y parido para esto, es ademas siempre mitad guerrero metálico y actor de opera gótica. Y mientras antes llamo la atención por cierto timbre que recordaba a King Diamond hoy quizás con mas pelos púbicos en los huevos suena mas adulto y sazonado. .

“A Buried Sun” y “Pallid Hands” siguen distinguiendo a la banda como adelante del resto en ingenio y composición. Ambos son guitarreros y espesos, pero también atípicos. El primero contiene un histrionismo casi teatral y un paso cansino y el segundo sana heridas por si a algunos “A Buried Sun” les dejo dudas. “Pallid Hands” es una pequeña belleza metálica donde notas tenues y profundas alternan con riffs clásicos y punzocortantes y Ahman de nuevo demuestra como es que se canta el genero mas macho de todos. 

Sister, como los discos anteriores, expone una agresividad algo pasiva. Cosa rara en un estilo que frecuentemente deviene en exageraciones. A veces los coros son tan calmados que parecen estrofas y las estrofas son frecuentemente mas elocuentes que los coros. Casi en cada tema los riffs tienen dos caras; una suave y atípica que elabora la atmósfera y el ambiente y una mas agresiva que clava a la banda en nuestro genero. Es el gusto de este quinteto, además de un elevado sentido de la composición. También demuestra un entendimiento del genero que muy pocas bandas poseen. 

“Lavender” y “Sister” son ambos magistrales, sino poco inmediatos. El piano en la primera es tétrico y el riff después del redoble en la segunda es simplemente soberbio. Ambas empalman a “Horses in the Ground”, corte frenético que engancha con riffs que se tuercen al momento y teclas que se hacen y deshacen y que están perfectamente posicionadas. Para cerrar tenemos la astral “Inmost Nigredo”, que desde su sutil y Pink Floydesco comienzo hasta su paso resquebrajado del resto parece una declaración de la banda de que estos son capaces de todo. Sister es pues uno de esos discos que se demuestra de a pocos y que con cada escucha devela ideas y sentimientos nuevos. Sin lugar a dudas es una soberbia ofrenda y un clásico indiscutible de estos savants de Uppsala.

viernes, 25 de octubre de 2013

AMULET, Cut the Crap (Auto-Edicion, 2011)

Con la frecuencia de una vez por década aparece una banda con los cojones, la actitud, la pinta y la música como para rescatarnos del desasosiego en el que tanto remedo musicalón nos ha sumergido. Si alguien esta leyendo esto y se siente desamparado y miserable, descorazonado por ese desasosiego pues les recomiendó el ultimo disco de In Solitude titulado Sister. Esta verdaderamente de puta madre. Amulet por su lado plasmaron este mini clásico de metal tradicional en el 2011 y aunque a mi me quito el sueño por una noche, no dudaría que uno que otro metalero se haya sentido rescatado, refrescado y esperanzado por estos riffs vintage 1983.

Y es que a estos ingleses les ligo todito y en cuatro miseras canciones nos demostraron que para hacerse pasar por una banda B de la NWOBHM no hay necesidad de ser viejo y calvo, ni de ser un completista de la discografía de Ebony, sino que solo hay que tener un poquito de imaginación y claro, harta calidad compositiva. El demo titulado Cut the Crap (o Corta la Mierda, como yo lo traduciría) abre con “Running Out of Time”, un tema urgente basado en riffs basicos y en el viejo truco del dejar que la distorsión se apagué solita. Así se la pasa el bien llamado guitarrista Heathen Steven por lo menos, hilvanando un clásico heavy tradicional y empalmando mini riffs con notas abiertas que le dan respiro. Su tino para la melodía es memorable y en ningún lugar se nota esto tanto como en sus diestros solos, que vale decir están casi escondidos. 

Sirve que detrás y al frente Amulet son una banda mas que solida. En cuestiones rítmicas los Amulet no requieren gran técnica, simples notas cargadas de feeling bastan. Los golpes de batería de Dave Sherwood por ejemplo son económicos y funcionales y el bajo de Bill Dozer esta tan medido que casi ni lo notas. El vocalista Jamie Elton es para mi un descubrimiento. Su tono natural es refrescante sobre todo después de andar tan sumergido en música vocalizada por eructantes monstruos cavernarios. 

Así que OK, cuatro temas cancheros pero medidos, sin deschave a la vista ni ganas de mostrar mas de lo que se tiene. Amulet se conocen como banda y por eso estos temas brillan. Aquí no se siente el esfuerzo ni el disfuerzo. Es heavy metal clásico que no exagera el dramatismo y que al faltarle seis cuerdas extras ignora las guitarras gemelas tan propias del NWOBHM. No quiero ser blasfemo pues se que nuestros ídolos lo son mas por viejos que por méritos musicales, pero sin haber escrito su tema bandera a mi Amulet me gustan mas que Angel Witch.

miércoles, 23 de octubre de 2013

PERDITION HEARSE, Mala Fide (Auto-Edicion, 1992)

He subido el volumen al máximo de ambos, mi computadora y Windows Media Player, y aun así me parece escuchar este demo a la distancia. Tomando en cuenta que Mala Fide data de la elemental Noruega del ’92 quizas sea mejor así, con sus sonidos mofletudos este black metal adquiere un aura oscura y mística, nebulosa y si se es miedoso, hasta tenebrosa. 

Perdition Hearse se formo en el ’88 en la ciudad de Sarpsborg. Según la alineación que figura en su primera grabación Rehearsal 21/3-90 empezaron como un cuarteto que se apoyaba en los golpes de Jiffy (batero que muriera en un accidente automovilístico a principios del 2005), el bajista Ferger cuya membrecía en esta banda fue su única travesía musical, el guitarrista Geir Kvalheim (quien también participara en una banda criollamente llamada Caramba Bella) y el guitarrista, vocalista e indiscutible líder Frode Kobberstad, quien también fuera parte de una banda horriblemente llamada Soul Perdition y de quien se dice, es hoy entrenador de balonmano. 

Pero Frode fue historia y dos años después de su primera grabación, en su tercer demo Mala Fide, el miembro de perfil mas alto es el vocalista Occultus, de nombre de pila Stian Johansen y quien pasara por otras bandas de poca pena y menos gloria y quien brevemente apareciera de aguatero (osea bajista) con Mayhem. 

En Mala Fide, Occultus adopta el ángulo del abuelo amargo, con una voz crujiente, avejentada y mundanamente humana, el tio le da el ángulo mas black a música que es por largos ratos deudora del thrash teutónico. A veces como quien añade color a una performance que es largamente monocromatica, gritos monstruosos hacen acto de presencia en el tema “Fanitullen”. Pedacitos como esos elevan la música de Perdition Hearse a niveles histriónicos que sus compatriotas superarían a base de escopetazos, cuchillazos y gasolina. 

Situandolo en la época es mas fácil admirar este demo. Desde el 2013 metal como este me suena a una especie de proto black metal muy decentón; la velocidad nunca es cegante, la voz nunca es ni infra, ni sobre humana, la atmósfera es oscura pero nunca llega a erizarme la piel. Claro que quien sabe cual seria el efecto si tan solo pudiera subirle el volumen a este puto demo. 

jueves, 10 de octubre de 2013

Califica Esta Portada – MARTIAL, Execution (Satanic Skinhead Propaganda, 2012)

A ver, ¿quien se ofende con esta portada y quien se siente aludido? y ¿quien se ofende y se siente aludido al mismo tiempo? 

Por ejemplo tenemos aquí a un negro mongolito, a un judío con una narizota, a un árabe en su camello, a un indio apache en medio llamado, a otro negro mascando un hueso, a un blanco que se cree negro, a un mejicano que esta comiendo un taco, a un negro que conversa en su celular (asumo planeando un crimen), a una negra gorda y con tres hijos y que vive de los programas sociales del estado, a un junkie, a un homosexual, a un judío adinerado, a un negro fumando crack, a un pederasta, a un vato loco, a un chino comiendo arroz, a un árabe en su camello, a otro negro jugando basket y a un policía con cara de chancho, entre otros caracteres. Todos estos retratados bajo la mira de un arma de gran calibre. Osea, mensaje mas directo no hay, el trio black metal racista Martial esta con este disco Execution tirando a matar. 

¿Y quien los puede culpar? Martial provienen de Tychy, una de las urbes mas cálidas y cosmopolitas del universo, además de desafortunado destino veraniego de culturas exóticas y tercermundistas y cotidiano refugio del cochino inmigrante latinoamericano, africano y del medio oriente. Allí, entre el frio cala-huesos de Europa central y el consolador recuerdo del compatriota Juan Pablo II, este trio de estrechos mentales se ha sentido arrinconado por algo que no es suyo; el buen gusto. Y donde antes abundaba el vodka a borbotones hoy se bebe tequila y mezcal con gotero y donde la salchicha polaca y la papa hervida sin sal era reina en la mesa, hoy estos pálidos engendros se despachan ante porciones atora-arterias de tacos, chimichangas y burritos. 

Polonia no es lo que creemos, cuna de bellas mujeres con senos de tamaño de sandías, donde el pasatiempo favorito es el incesto y la radio tiene en constante rotación los demos de Vader y Behemoth. No, Polonia es un lugar de un panorama desolador desde donde se despacha el odio y la rabia, caiga a quien le caiga. Allí, los que anuncian las mañanas no son los gallos a la salida del sol sino el vistazo de cabezas decapitadas que adornan los puentes y los postes de luz, al estilo del Cartel de Sinaloa.

jueves, 3 de octubre de 2013

MONSTER MAGNET, Last Patrol – Portada de PutaMadre + Disco de Raices

Monster Magnet es una de mis bandas favoritas de todos los tiempos. No importa que no hayan escrito un disco solido desde Dopes to Infinity de 1995, ni que desde entonces hayan grabado un total de cinco larga duraciones irregulares, algunas avergonzantes en su esfuerzo por figurar en los charts, otros tímidos al no explayarse en los excesos sicodelicos de sus años mozos, igual cada vez que escucho la noticia de que Wyndorf y compañía están listos para lanzar otro zarpazo, me alisto, me toco los tacones y me pongo en atención, con la esperanza de que de una vez por todas los Monster Magnet de mis recuerdos regresen al espacio sideral.

Ayer escuche Last Patrol (noveno larga duración) por primera vez de manera integra. Quede sorprendido gratamente porque al parecer Wyndorf se ha dado cuenta de que esto de construir temas de tres minutos es cosa de normalones y que lo suyo son los excesos. Al contrario de lo compacto de sus grabaciones recientes, Last Patrol calienta lento y no se chupa al entregarnos un segundo tema que casi roza los 10 minutos de duración y que además sigue con un oscuro cover lleno de sitar del tema de Donovan “Three Kingfishers”. Vaya modo de regresar a lo suyo, mmmhh, aunque no tanto…

Last Patrol no esta totalmente libre de ganchos, eso es imposible sabiendo que Wyndorf tiene una nata cualidad para escribir estrofas pegajosas y coros adictivos, pero los temas son en total mucho mas densos que los de cualquier banda de rock promedio y mas lentos de lo requerido para consumo masivo. El cuarto tema “Paradise” por ejemplo, es casi un tema acústico y aunque esta adornado de electricidad, felizmente carece de esos ampulosos coros que caracterizaron discos de power pop (y lo escribo hacienda hígado) como Powertrip. “Hallelujah” por su lado, esta tan cargado de cuerdas que se disparan como rayo láser que mas suena a blasfemia en ácido que a adoración au naturel

Por eso, una de las gratas nociones que me quedo en la mente luego de terminar de escuchar Last Patrol fue que por primera vez en casi veinte años Wyndorf no muestra ozados intentos de arrebato comercial, lo cual a mi me cae perfecto pues una de las mejores cualidades de sus discos tempranos era precisamente esa; una aparente adicción al exceso, desde su sonido de banda tributo a Hawkwind hasta ese éxtasis de garaje guitarrero que se plasmo a la perfección en Spine of God y Superjudge y que desbordo con total libre albedrío en el genial Dopes to Infinity. Luego de haberme sentido medio defraudado con cinco discos seguidos (Powertrip, God Says No, Monolithic Baby!, 4-Way Diablo, Mastermind) he aquí por fin uno que por lo menos amérita el nombre de la banda y además le hace justicia al gran Bullgod con una portada que esta para cagarse (cortesia de un tal John Sumrow, cuyo trabajo recomiendo altamente a los fanáticos de los comics y de la ciencia ficción). 

Lo cual obviamente quiere decir que Last Patrol tampoco esta al nivel de las primeras tres grabaciones de la banda (Spine of God, Superjudge, Dopes to Infinity, por no contar el super mantra de Tab). Last Patrol es un disco indulgente comparado con los de la ultima década de la banda, pero aun queda corto en cancha si lo comparamos con los grabados entre el ’91 y el ‘95. La única explicación que puedo dar a esto es que el Dave Wyndorf libre de drogas de hoy no es el mismo que el Dave Wyndorf lleno de drogas de los ochentas y noventas. El tipo ha cambiado, su voz es aun poderosa y viril, capaz de acarrear con facilidad al ejercito instrumental que siempre fue Monster Magnet pero algo esta ya perdido, algo que imagino no se refleja en su voz sino en su banda y en su manera de componer. Algo irrecuperable se perdió en su sobredosis por eso aprecio aun mas este esfuerzo por regresar a sus raíces y ese obvio intento de no escribir un álbum alrededor de canciones cortas. 

Leí recientemente un par de entrevistas con Wyndorf y en ellas el compositor hacia repetidas menciones a los deadlines, aquellas fechas limites que nos cortan viada y que al parecer en el caso de Monster Magnet podrían ser en parte culpables de lo que caracteriza sus últimos cinco albumes. Al parecer, Wyndorf siempre se ha quedado corto de tiempo y ha terminado albumes con líricas y música casi improvisadas. También recuerdo claramente leer un articulo en Metal Maniacs sobre esta banda allá por el ’94. Era un articulo extenso en el que un Wyndorf lleno de algarabía hablaba de las ventajas de grabar para una multinacional y del buen uso que le estaba dando a la multiculturalidad de New York, investigando tiendas de instrumentos étnicos, coleccionando sitars y experimentando con otros instrumentos exótico. El resultado de eso fue Dopes to Infinity y algo de ese espíritu aventurero y de todo vale ha retornado con Last Patrol. Los Monster Magnet de hoy no estaran aun en el espacio sideral pero estan en camino y cerca de dejar la atmosfera.