No soy un gran fanatico del movimiento drone. En mi opinión a la nota le falta arte, le falta estructura. El drone generalmente llega a un punto de monotonía tan álgido que casi no califica como música. Se beneficia de que cualquier mierda para por arte en estos días. Sobre todo si lo tienes que explicar porque la gente no lo capta. Esa es la cuestión con el drone; es un sub genero que es fácil de odiar y que depende enteramente de la percepción del que lo escucha. Artistas que producen 'música' drone juegan con nuestra percepcion y esperan que los fanaticos tengamos la capacidad o imaginacion necesaria para escuchar hasta lo que no esta ahí. Se presta demasiado a la interpretación. El drone es un arte experimental, pero diferenciar lo bueno de lo malo es a veces imposible.
Una banda que ha alcanzado un balance perfecto entre el doom y el drone es Bloody Panda. Liderados por la vocalista japonesa Yoshiko Ohara este quinteto basado en New York acaba de sacar su segundo disco completo y se titula Summon. Es magníficamente aterrorizante. Comprende de siete temas que van desde los 2 minutos hasta los 21 minutos y que parecen haber sido construidos a modo de banda sonora. Según la disquera, este álbum es el equivalente sónico a una película de Takashi Miike. Los que conocen el arte de este director japonés, ya se imaginaran de que va Summon. La comparación esta de mas. Hay directores que habrían hecho la comparacion mucho mas comprensible. David Lynch me viene a la mente.
Aquellos que ya conocen a Bloody Panda se deben preparar para este su trabajo mas accesible. Lo extremo sigue ahí, pero esta vez los temas tienen mucho mas forma y se basan mas en el doom que en el drone. Un instrumento que sobresale en particular es la batería de Dan Weiss, quien en diferentes temas, acelera sus golpes de manera casi absurda y evoca un muy llamativo contraste con una guitarra gruesísima y cansada. Por momentos Bloody Panda hasta nos ofrece ciertos ritmos, un doom funeral y que utiliza muy bien el órgano sin nunca llegar a la orquestación. La composición es perfecta, pero las voces de Ohara son la fresa encima de la torta. La performance de este artista oriental es simple y llanamente acojonante, desde tenues y aun omnipresentes silabas alargadas hasta gritos electrizantes de espeluznante corte morboso. Para hacerla corta; Summon es un discaso.
((Summoneate))
Una banda que ha alcanzado un balance perfecto entre el doom y el drone es Bloody Panda. Liderados por la vocalista japonesa Yoshiko Ohara este quinteto basado en New York acaba de sacar su segundo disco completo y se titula Summon. Es magníficamente aterrorizante. Comprende de siete temas que van desde los 2 minutos hasta los 21 minutos y que parecen haber sido construidos a modo de banda sonora. Según la disquera, este álbum es el equivalente sónico a una película de Takashi Miike. Los que conocen el arte de este director japonés, ya se imaginaran de que va Summon. La comparación esta de mas. Hay directores que habrían hecho la comparacion mucho mas comprensible. David Lynch me viene a la mente.
Aquellos que ya conocen a Bloody Panda se deben preparar para este su trabajo mas accesible. Lo extremo sigue ahí, pero esta vez los temas tienen mucho mas forma y se basan mas en el doom que en el drone. Un instrumento que sobresale en particular es la batería de Dan Weiss, quien en diferentes temas, acelera sus golpes de manera casi absurda y evoca un muy llamativo contraste con una guitarra gruesísima y cansada. Por momentos Bloody Panda hasta nos ofrece ciertos ritmos, un doom funeral y que utiliza muy bien el órgano sin nunca llegar a la orquestación. La composición es perfecta, pero las voces de Ohara son la fresa encima de la torta. La performance de este artista oriental es simple y llanamente acojonante, desde tenues y aun omnipresentes silabas alargadas hasta gritos electrizantes de espeluznante corte morboso. Para hacerla corta; Summon es un discaso.
((Summoneate))
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