Esto es lo que le falta a la gran mayoria de grupos de black metal. Esa caotica vibra, ese desculado sentido de orientación, ese desorden sónico que tan solo por fuerzas de la inercia se mantiene pendiente. Infernal Stronghold no tendrán la pinta de black metaleros. En sus fotos no los cacharas en cuero negro, amarrados con correas de balas o enfundados bajo filudos clavos oxidados. Tampoco adoptan poses malosas mientras sus rostros parecen pintados a lo oso panda. No, estos tios parecen que recién salieron de la ducha. Su imagen es la falta de ella, el anonimato. Solo la música vale. Solo el ruido importa.
Y que tal ruido que se trae Godless Noise! Este es un disco de voces molestas y fantasmagóricas. El cantante a veces parece no estar y a veces parece vomitar silabas en un estado orgasmo. Las guitarras delgadas y cortantes disparan cuchillos mortales mismo acto circense y el baterista, en modo mágico mantiene todo junto, entre un juego de blast beats y tiempos mas ordinarios, el tio para, arranca y se dispara cual bola de fuego. Este disco es un orgasmo en el que los jugos eyaculares y los jugos gástricos juegan el mismo rol, salen del cuerpo y son consumidos por aquellos participantes. Black metal cochino del bueno.
((Ruido Ateo))
Y que tal ruido que se trae Godless Noise! Este es un disco de voces molestas y fantasmagóricas. El cantante a veces parece no estar y a veces parece vomitar silabas en un estado orgasmo. Las guitarras delgadas y cortantes disparan cuchillos mortales mismo acto circense y el baterista, en modo mágico mantiene todo junto, entre un juego de blast beats y tiempos mas ordinarios, el tio para, arranca y se dispara cual bola de fuego. Este disco es un orgasmo en el que los jugos eyaculares y los jugos gástricos juegan el mismo rol, salen del cuerpo y son consumidos por aquellos participantes. Black metal cochino del bueno.
((Ruido Ateo))
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