He aquí otro disco atascado en el tiempo, congelado en esos grises días de viento ártico y refrendado para los efimeros oídos contemporáneos. Para los anónimos de Ouijabeard los últimos 23 años de metal bruto no existen, ni en estilo, ni en pesadez. Pesadez que vale decir no es la meta, ni el propósito de este heavy metal conservador.
Como aquellos guerreros de pantaloncillos apretados de la época, Ouijabeard no son una banda de heavy metal con un burdo propósito. No es de su interés ser mas pesados y chabacanos que los gringos, o mas rápidos que los finlandeses o mas vulgares que los italianos, o mas olorosos que los franceses. La brutalidad no tiene relevancia y la cochinada guitarrera es seguro parte de la colección de cada miembro, mas no del repertorio de este proyecto. Y digo 'proyecto' porque lo mas seguro es que detrás de esta banda se encuentren cuatro blackmetaleros de aquellos que se emborrachan con sangre de carnero degollado y culean perros y gatos solo por diversión.
Como bien lo hizo la escuela de King Diamond en sus buenas épocas, la idea es rellenar acetatos enteros con cortes compactos y memorables, presentar orgullosas composiciones donde brillan las guitarras con tajante vibra, sino por melosos riffs al menos por articulados punteos de guitarras e inverosímiles ángulos vocales. Como otros que pululan por ahí y que han hecho buen negocio del metal mas clásico, Ouijabeard se adhieren estrictamente a una dieta de armonías dobles y de voces dotadas de claridad.
Como bien lo hizo la escuela de King Diamond en sus buenas épocas, la idea es rellenar acetatos enteros con cortes compactos y memorables, presentar orgullosas composiciones donde brillan las guitarras con tajante vibra, sino por melosos riffs al menos por articulados punteos de guitarras e inverosímiles ángulos vocales. Como otros que pululan por ahí y que han hecho buen negocio del metal mas clásico, Ouijabeard se adhieren estrictamente a una dieta de armonías dobles y de voces dotadas de claridad.
Es fácil divisar este Die and Let Live como un futuro clásico de culto. Paso desapercibido en el 2012 cuando fue editado por High Roller, pero tiene suficiente cancha como para permanecer en la punta de la lengua de los hinchas que lo elevaran por su pegajosa consistencia en una próxima década. Cortes como el que casi cierra el disco "Keep the Streets Empty for Me" poseen una indeleble y eterna cualidad musical que trasciende épocas y modas.
Pero no nos proyectemos, por ahora Die and Let Live esta destinado a la semi oscuridad porque la cuota de heavy metal retro ya esta cubierta por Ghost.
Pero no nos proyectemos, por ahora Die and Let Live esta destinado a la semi oscuridad porque la cuota de heavy metal retro ya esta cubierta por Ghost.
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