Compré este disco en Aquarius Records en San Francisco principalmente porque luego de leer la descripción que estaba pegada en la portada sentí como que había sido enamorado por el mejor vendedor de la historia.
Según el palabreo del autor, Evil Ocean - quienes proviene de Nueva Zelanda - están obsesionados con algunos de los sonidos mas truculentes provenientes de Finlandia. Por ahí también se incluyeron las palabras 'garage' y 'DIY doom' y se cito a poco ortodoxas bandas como Circle y Pharaoh Overlord como referencia, lo cual no hizo mas que empujar aun mas mi curiosidad y forzarme a desembolsar $12.
A eso, añadamosle el muy metálico nombre de la banda y la genial portada monocromatica; los restos oseos de toda la fauna, un orgánico logo genial que corona el diseño y al centro, el cráneo barbudo de un Darwin enternado. El disco fue editado un un digipack que incluye cinco ambiguas fotografías de la banda, todas al parecer, fueron tomadas durante el invierno y despliegan al cuarteto en diferentes estados de poses cliche-metálicas; en una nos dan la espalda mientras encaran a un lago que refleja un fondo montañoso, en dos fotos, diferentes miembros posan orgullosamente desplegando el símbolo de los cuernos con sus manos y en otra portan picos, palas y trinches, como si estuvieran listos para excavar una fosa en la cual podrán ocultar su música por el resto de la historia.
Sea como sea, nada me preparo para el sonido de Evil Ocean. Mis expectativas, ya para entonces bastante elevadas y sumamente vagas, fueron destrozadas y superadas en la primera escucha. Digamos que el sonido de Evil Ocean es un coctel de sabor curioso, ácido y dulce a la vez, liquido y solido; aquí yacen baterías programadas y sus adornos en forma de deliciosos riffs distorsionados. Aquí reina el fuzz, y la combinación cuasi mecánica y post industrial de la percusión es enrarecida por el factor orgánico de las cuerdas. Bajos post-punkistas repiten ritmos que calan en la mente y existe un abrumador teclado que en ciertas instancias, parece abusar de la musica con su captivante experimentacion y volumen. Acojonantes temas como "Australopithecus Afarensis" se mueven con una ligereza tan natural que casi toda la onda 'Darwinista' parece cobrar vida en sonido. Curiosamente, la voz ultra melódica de la vocalista Liz Maw es el elemento que mas choca. Por un lado, su canto aislado es el elemento mas digerible, pero para alguien reacio a esa estética como yo, tomo un par de escuchadas aprender a tragar esa combinacion y disfrutarla. Evil Ocean son geniales, aunque puedo decir con certidumbre, que su musica es solo apta para los fanaticos mas aguerridos.
Según el palabreo del autor, Evil Ocean - quienes proviene de Nueva Zelanda - están obsesionados con algunos de los sonidos mas truculentes provenientes de Finlandia. Por ahí también se incluyeron las palabras 'garage' y 'DIY doom' y se cito a poco ortodoxas bandas como Circle y Pharaoh Overlord como referencia, lo cual no hizo mas que empujar aun mas mi curiosidad y forzarme a desembolsar $12.
A eso, añadamosle el muy metálico nombre de la banda y la genial portada monocromatica; los restos oseos de toda la fauna, un orgánico logo genial que corona el diseño y al centro, el cráneo barbudo de un Darwin enternado. El disco fue editado un un digipack que incluye cinco ambiguas fotografías de la banda, todas al parecer, fueron tomadas durante el invierno y despliegan al cuarteto en diferentes estados de poses cliche-metálicas; en una nos dan la espalda mientras encaran a un lago que refleja un fondo montañoso, en dos fotos, diferentes miembros posan orgullosamente desplegando el símbolo de los cuernos con sus manos y en otra portan picos, palas y trinches, como si estuvieran listos para excavar una fosa en la cual podrán ocultar su música por el resto de la historia.
Sea como sea, nada me preparo para el sonido de Evil Ocean. Mis expectativas, ya para entonces bastante elevadas y sumamente vagas, fueron destrozadas y superadas en la primera escucha. Digamos que el sonido de Evil Ocean es un coctel de sabor curioso, ácido y dulce a la vez, liquido y solido; aquí yacen baterías programadas y sus adornos en forma de deliciosos riffs distorsionados. Aquí reina el fuzz, y la combinación cuasi mecánica y post industrial de la percusión es enrarecida por el factor orgánico de las cuerdas. Bajos post-punkistas repiten ritmos que calan en la mente y existe un abrumador teclado que en ciertas instancias, parece abusar de la musica con su captivante experimentacion y volumen. Acojonantes temas como "Australopithecus Afarensis" se mueven con una ligereza tan natural que casi toda la onda 'Darwinista' parece cobrar vida en sonido. Curiosamente, la voz ultra melódica de la vocalista Liz Maw es el elemento que mas choca. Por un lado, su canto aislado es el elemento mas digerible, pero para alguien reacio a esa estética como yo, tomo un par de escuchadas aprender a tragar esa combinacion y disfrutarla. Evil Ocean son geniales, aunque puedo decir con certidumbre, que su musica es solo apta para los fanaticos mas aguerridos.
2 comentarios:
No tiene nada que ver, pero creo recordar que te gustaba 'Groenlandia'... Bernardo Bonezzi, líder de los Zombies, ha aparecido muerto hoy.
http://blogs.elcorreo.com/evadidos/2012/08/30/cancion-de-la-semana-groenlandia/
joder, que lastima, uno, porque este comentario no tiene nada que ver con la genial musica de evil ocean y dos, porque ese tema de los zombies es uno de mis favoritos. cada vez que estoy triste lo pongo y joder, me pongo a bailar con la misma gracia con la que Bernardo baila en este video. un verdadero clasico.
Publicar un comentario