Bobby Liebling tiene los ojos grandes, vacios y desorbitados. Su piel arrugada esta llena de ronchas, costras, heridas abiertas y cicatrices. Su cabello alámbrico esta desordenado y lleno de canas. Si uno no lo supiera, uno pensaría que se esta en presencia de un anciano de mas de 70 años, pero Bobby Liebling, el vocalista de los legendarios Pentagram, tan solo tiene 53 años, buena parte de ellos gastados en una nube de drogas duras y todos completamente pasados en la gratuita comodidad del sótano de la casa de sus padres.
Sino fuera por un fanático llamado Sean Pelletier lo mas probable es que Bobby ya seria historia. A mediados de los 90's, este fanático del heavy metal y por entonces empleado de Relapse Records, adquirió unas cintas de Pentagram que nunca habían sido publicadas. Lo que escucho en ellas lo motivo a auto-imponerse la misión de editar una compilación de esas grabaciones y de ubicar al genio que se encontraba detrás de ellas.
El resultado es historia. El 9 de Febrero del 2002 Relapse Records edito First Daze Here, una acojonante colección de 12 rarezas y remasterizados que incluían polvorientos clásicos del doom como "20 Buck Spin", "Starlady" y "Be Forwarned". Inmediatamente, el mito de Pentagram creció de modo acelerado. Esto a pesar de que la inestable banda sumo un total de cuatro larga duraciones de variable calidad y bajo perfil entre 1995 y el 2004.
El documental Last Days Here lidia con lo que ocurrió después, cuando Pelletier estableció una amistad con Liebling y se obsesiono no solo con salvarle la vida sino también con revivir a Pentagram.
Inicialmente, Liebling, cuya patética contextura se asemeja a la de un alojado en Treblinka, en su estupor de crack, se muestra entre reacio e indiferente y por buena parte de la primera mitad del documental parece estar muy cerca de la muerte. El abuso a las drogas durante décadas no solo ha hecho estribos en su cuerpo sino también en su mente. En una de las escenas mas chocantes Liebling habla de sus parásitos imaginarios y se rasca la piel de modo feroz. Luego descubre una venda y nos revela una grotesca herida abierta que le ocupa la mitad del antebrazo.
La otra escena chocante ocurre en la segunda mitad cuando los directores revelan a la nueva novia de Liebling, Hallie, quien no solo esta guapetona y super chancable sino que también podría ser la hija de Bobby. Ella misma confesa tener un gusto algo peculiar en hombres y favorecer aquellos que tengan un look algo anormal. Last Days Here tiene pues hasta algo de romance, pues la relación entre los dos pasa por sus momentos tumultosos pero como la banda y la historia de Bobby tiene un final feliz.
Last Days Here no ganara un premio de la academia al mejor documental, pero los fanáticos de la música de culto y del doom tienen aquí un trabajo bien narrado y que documenta profesionalmente y con respeto el renacimiento de uno de los personajes mas entrañables de la escena de ayer y de hoy.
Sino fuera por un fanático llamado Sean Pelletier lo mas probable es que Bobby ya seria historia. A mediados de los 90's, este fanático del heavy metal y por entonces empleado de Relapse Records, adquirió unas cintas de Pentagram que nunca habían sido publicadas. Lo que escucho en ellas lo motivo a auto-imponerse la misión de editar una compilación de esas grabaciones y de ubicar al genio que se encontraba detrás de ellas.
El resultado es historia. El 9 de Febrero del 2002 Relapse Records edito First Daze Here, una acojonante colección de 12 rarezas y remasterizados que incluían polvorientos clásicos del doom como "20 Buck Spin", "Starlady" y "Be Forwarned". Inmediatamente, el mito de Pentagram creció de modo acelerado. Esto a pesar de que la inestable banda sumo un total de cuatro larga duraciones de variable calidad y bajo perfil entre 1995 y el 2004.
El documental Last Days Here lidia con lo que ocurrió después, cuando Pelletier estableció una amistad con Liebling y se obsesiono no solo con salvarle la vida sino también con revivir a Pentagram.
Inicialmente, Liebling, cuya patética contextura se asemeja a la de un alojado en Treblinka, en su estupor de crack, se muestra entre reacio e indiferente y por buena parte de la primera mitad del documental parece estar muy cerca de la muerte. El abuso a las drogas durante décadas no solo ha hecho estribos en su cuerpo sino también en su mente. En una de las escenas mas chocantes Liebling habla de sus parásitos imaginarios y se rasca la piel de modo feroz. Luego descubre una venda y nos revela una grotesca herida abierta que le ocupa la mitad del antebrazo.
La otra escena chocante ocurre en la segunda mitad cuando los directores revelan a la nueva novia de Liebling, Hallie, quien no solo esta guapetona y super chancable sino que también podría ser la hija de Bobby. Ella misma confesa tener un gusto algo peculiar en hombres y favorecer aquellos que tengan un look algo anormal. Last Days Here tiene pues hasta algo de romance, pues la relación entre los dos pasa por sus momentos tumultosos pero como la banda y la historia de Bobby tiene un final feliz.
Last Days Here no ganara un premio de la academia al mejor documental, pero los fanáticos de la música de culto y del doom tienen aquí un trabajo bien narrado y que documenta profesionalmente y con respeto el renacimiento de uno de los personajes mas entrañables de la escena de ayer y de hoy.
4 comentarios:
Siempre me llamó la atención el abismal número de integrantes que alguna vez han militado bajo los filas de Pentagram y sobretodo, lo efímera que solía ser su estancia en la banda. Sin ánimo de querer hacer conjeturas, tal vez después de haber leído este post ya no me extraña tanto, jeje. Es más, creo recordar leer en una vieja entrevista que la personalidad de Liebling era cuanto menos, insoportable. Del periodo que mencionas (1995-2004), únicamente resaltaría el "Review your choices", álbum oscuro e inquietante donde Joe Hasselvander se hizo cargo de todos los instrumentos.
A proposito de Joe haselvander, recien revisiones su album con sus Hounds titulado The Ninth Hour y me sorprendio lo solido que estaba. Algunos temas son muy solidos, otros no tanto, pero el abuelo muestra destreza y buen oido. Definitvamente un musico consumado.
Cierto. Joe Hasselvander podría catalogarse como uno de esos músicos a los que yo llamo en tono bromista "mercenario" dado la gran cantidad de proyectos en los que está o estaba envuelto y que termina por darte pereza seguirle la estela. De éstos, recuerdo a Black Manta (ya desaparecidos) que no sonaban mal, y con una actitud bastante macarra (siempre dentro del cerco Doom, obviamente).
Otia, conocía a este grupo por su música nada mas, no tenía ni idea de que tuviese detrás a un personaje tan mítico.
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