Compre este disco cuando se edito a fines del ’95, luego de haber leído una auspiciosa reseña en una ya fenecida revista de metal subterráneo llamada SOD (Sounds of Death) y en una también ya fenecida cadena de tiendas de discos llamada The Wall. Mis primera impresión fue simple; la portada es una mierda, evidencia de sus tendencias románticas y su falta de talento creativo. Pero lo que a Celestial Season les faltaba en creatividad visual lo compensaban con un poco de death doom de curiosa profundidad.
En el ’95 My Dying Bride eras reyes de un pequeño reino y Anathema hacia chapotasos por despuntarse. Un par de revoluciones mas arriba estaban estos holandeses, zumbando bajo el radar y dándole círculos al violín como si fuera un instrumento parido para el metal. Para mi, que en esas épocas me gustaba el doom de Paradise Lost pero My Dying Bride me ponían en los brazos de Morfeo y Anathema me causaban indigestion, Celestial Season ofrecían el balance perfecto; musica tremebunda y lenta como un gusano, un armonioso affair entre el doom puro y agonizante sazonado con chispasos del entonces naciente movimiento stoner.
Para ser sincero, Celestial Season eran cursiles románticos pero sabiamente nunca llegaron a demostrar su romanticismo de modo enfermizo, como si lo hicieron Aaron Stainthorpe y sus My Dying Bride con el excesivo y cansante The Angel and the Dark River del mismo año. Además, Celestial Season ya jugueteaban con la sicodelia stoner que mas tarde harían suya en el mediocre EP Sonic Orb. El corto instrumental “The Holy Snake” es muestra de esto, y por ahi punteos que se salen del marco típicamente death doom con tonos acuáticos y doquier de efectos. Estos denotan su enamoramiento con el afinamiento de Josh Homme.
Pero como todo yin tiene su yang, Celestial Season también muestran un lado que no es ni tan triste ni tan introspectivo en el tema “Vienna”. No se si fue su intención causar una risotada, pero ese ritmo de percusión pausado, ese riff que mas que breve es intermitente y esas armonias vocales a escalas en registro gutural de Stefan Ruiters no estaban lejos de la comedia. Es indudable, por un breve especio de tiempo Celestial Season hicieron doom del bueno. Luego cayeron en el merecido olvido.
4 comentarios:
Jejejeje muy cierto! Me compré ese disco apenas salido, junto con "The Principle of Evil made Flesh" (de ya sabés quien), por correo y a precio irrisorio, ya que en Argentina todavía estaba el infame 1 a 1 (convertibilidad le llamaban). Siempre disfruté de sus primeros dos discos, cargados de oscuro romanticismo, y con ese violín omnipotente abarcando casi todo. Luego, stoner del común y corriente, para separarse merecidamente. P.D.: la versión de "Vienna" me encanta!!vos le llamarías "Placeres culpables". Un abrazo desde el Eclipse.
SOD, excelente revista, aunque no se si sea válido decir "fenecida" ya que solo le cambiaron el nombre.
darklord - jaja, asi es, un placer culpable. aunque la verdad no tanto, Celestial Lovers es bastante parejo. Digamos que de los discos que contienen violines es de los que mas me gusta.
rocko - ahi esta, para que veas que tan al dia me mantengo, y a que nombre cambiaron? Yo solia tener varios numeros, los tuve que botar a la basura en una de mis mudanzas.
Este disco a mi también me parece escencial... buen death doom al grano!!!
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