jueves, 6 de diciembre de 2012

LIQUID SOUND COMPANY, Exploring the Psychedelic (Brainticket, 1996)

En 1999, mientras cursaba mi primer año de maestría y atendía un curso de pequeños negocios enseñado por una profesora francesa que odiaba mis bolas, fui asignado una tarea que requería entrevistar al dueño de una compañía. Yo que en esa época estaba obsesionado con Monster Magnet y Kyuss y acababa de descubrir a Saint Vitus, no encontré mejor entrevista que John Perez, el guitarrista de Solitude Aeternus y mini-empresario con su disquera Brainticket. Basto un e-mail para que el tejano me diera su numero de teléfono y otro para que acordemos una fecha. Así, un martes por la mañana lo llame y conversamos largo y tendido por 45 minutos. Lo que yo quería no era necesariamente aprender sobre negocios o administración de empresas, sino aprender sobre como funcionan las pequeñas disqueras. 

Perez, cuyo primer álbum In the Depths of Sorrow fue editado por Roadrunner en el ’91 y había hasta desde entonces tenido experiencias profesionales con Pavement Music y Massacre, era el candidato perfecto para informarme sobre el día a día de este tipo de empresas. El seria Mr Miyagi y yo Daniel San.

Perez fue muy cándido, aventándose a revelar el tipo de presupuestos de discos de King Diamond y otras semi-luminarias del metal. También ahondamos levemente en Exploring the Psychedelic, el debut de su proyecto sicodelico-experimental Liquid Sound Company que yo acababa de adquirir a través de su website. A mi, que me acababa de aprender todas las líricas de Superjudge y Dopes to Infinity, el disco me sonó genial y lo guardo hasta el día de hoy en una mayor estima que cualquiera de Solitude Aeternus. 

Como su mismo nombre lo indica, Exploring the Psychedelic es un chapuzón en el rock ácido, un exitoso primer intento en ahondar en una fascinacion. Perez deja todo el doom metal de lado y se dedica integramente a experimentar con temas que abusan de los efectos, pero que se concentran en melodías inmediatas e instrumentacion exquisita. He ahí el éxito del disco, cada corte es su propia experiencia y cada experiencia es memorable. Además, Perez acierta al mantener su exploración concisa y al no aburrir con pajasos de temas que duran veinte minutos. 

Exploring the Psychedelic no contiene ningún tema menor, pero quizás por su vasta gama de sonidos haya temas que sobresalgan dependiendo de los gustos del que los escucha. Personalmente me inclino por el pop dañado de “Golden Gate ‘67”, la extraña y absorbente pesadez de “Swallow”, el ondular étnico de “Mesmerizing Eye” y el creciente acuatico de "Sadhana Siddi". Joder, lo escucho despues de tiempo y pienso que este disco a madurado como el vino.

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