Esperaba un poco mas de melodia e intensidad de parte de este trio de Portland. Quizas alguillo de color en forma de sicodelia y porque no, voces que con hilarantes falsettos quiebra-cristales aspiran a alcanzar el cielo.
Pero nada; aqui no hay mas que mugre terricola, barro de cueva, humo en bolsa de supermercado, pedazos de llanta reencauchada, musica pestifera que a pesar de la colorida portada parece tomarse muy en serio. Si, The Beginning of the End esta formado por ideas sosas vueltas realidad y convertidas en el sludge de cada dia, recalcitrantes riffs auto-limitados que machacan la misma idea hasta engranarla en piedra y voces angurrientas que parecen provenir de algun mutante verde que habita las alcantarillas. H.C. Minds pues son mas Iron Monkey que Yob, mas Eyehategod que Sleep, mas heroina y pasta basica que hierba u hongos magicos.
El hecho de que por las filas de esta banda hayan pasado dos miembros de Yob (el vocalista y guitarrista de los geniales Mike Scheidt una vez toco la bateria aqui, lo mismo que el mono-facetico y tambien batero Travis Foster), y de que su alineacion actual incluya nada menos que al bajista Boliviano Isamu Sato (quien participo en los siguientes clasicos de Yob, Catharsis, The Illusion of Motion y The Unreal Never Lived) causa expectativas e inconscientemente nos invita a imaginarnos un sonido como el que le pertenece al curriculum de sus integrantes.
Lamentablemente, el efimero paso de ambos y la presencia de Sato parece no haber hecho mella en el sonido de la banda. Si es que Yob tienen una pizca de sludge, entonces las similitudes cesan ahi. H.C. Minds son pues un grupo de segundo nivel, una especia de equipo B, seleccion de segunda division. Para complicar la situacion el extraño tema que le da titulo al disco parece una version tocada con un solo dedo de algun tema descartado de Blut Aus Nord. D'oh!
((El Principio del Fin))
Pero nada; aqui no hay mas que mugre terricola, barro de cueva, humo en bolsa de supermercado, pedazos de llanta reencauchada, musica pestifera que a pesar de la colorida portada parece tomarse muy en serio. Si, The Beginning of the End esta formado por ideas sosas vueltas realidad y convertidas en el sludge de cada dia, recalcitrantes riffs auto-limitados que machacan la misma idea hasta engranarla en piedra y voces angurrientas que parecen provenir de algun mutante verde que habita las alcantarillas. H.C. Minds pues son mas Iron Monkey que Yob, mas Eyehategod que Sleep, mas heroina y pasta basica que hierba u hongos magicos.
El hecho de que por las filas de esta banda hayan pasado dos miembros de Yob (el vocalista y guitarrista de los geniales Mike Scheidt una vez toco la bateria aqui, lo mismo que el mono-facetico y tambien batero Travis Foster), y de que su alineacion actual incluya nada menos que al bajista Boliviano Isamu Sato (quien participo en los siguientes clasicos de Yob, Catharsis, The Illusion of Motion y The Unreal Never Lived) causa expectativas e inconscientemente nos invita a imaginarnos un sonido como el que le pertenece al curriculum de sus integrantes.
Lamentablemente, el efimero paso de ambos y la presencia de Sato parece no haber hecho mella en el sonido de la banda. Si es que Yob tienen una pizca de sludge, entonces las similitudes cesan ahi. H.C. Minds son pues un grupo de segundo nivel, una especia de equipo B, seleccion de segunda division. Para complicar la situacion el extraño tema que le da titulo al disco parece una version tocada con un solo dedo de algun tema descartado de Blut Aus Nord. D'oh!
((El Principio del Fin))
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